viernes, 7 de noviembre de 2008

EL DERECHO AL FUEGO


La policía tiene las armas de fuego, nosotros sólo tenemos el fuego y lo vamos a aprovechar, esto podría gritar Lucía viéndose a sí misma en esta obra. Mericrismas Peñi se instala en el Centro de la Violencia, desde ahí se despliega hacia la discusión de la legitimidad de la(s) violencia(s), opinando de ellas en relación al engranaje de poder en donde participan. Así Violencia Institucional es enfrentada a Violencia de Resistencia, intentando romper la acción refleja de legitimar el accionar del Estado, como si ese Estado fuese un puerto último alcnazado por la sociedad y no un lugar dinámico en donde los sujetos y las organizaciones litigamos permanentemente. El fuego de esta obra pone en cuestión la madera neoliberal con que se ha construido el Chile reciente. El fuego surge como posibilidad tras el saqueo, robo y la traba de una discusión que debe ser abierta, democrática y con un sentido histórico que apunte a evitar el genocidio cultural y que permita además la convivencia plurinacional en un territorio complejo, territorio que no puede ser sitentizado en un "todos somos chilenos" y ya, pues tal aseveración no puede ser más que ignorancia o un fascismo que sabe muy bien porqué dice lo que dice.

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